Cuando era pequeña mi madre solía vestirme de granate.
Pero el cielo no era granate casi nunca. Menos una vez, creo.
Y hubo otra vez que se puso multicolorsobretodolila con castillos flotantes llenos de escaleras y un niño pequeño que me decía hola desde allí.
Más tarde me dijeron que lo habría soñado, pero eso son cosas que te dicen para que crezcas, así que no me lo creí.
Mi abuela me dijo que debía ser el niño Jesus aquel que vi, pero eso me lo creí menos.
Mi madre vió una vez hombrecillos minis que le hablaban desde la baranda de su cuna cuando era una bebé.
Y ella sabe que fue verdad.
También me bordó un vestido con un caracol en el bolsillo.
Y las babas formaban mi nombre.
5 comments:
Los hombrecitos estaban en las vigas del techo.
Que madre que tenemos...a mi me hizo un vestido verde esperanza con margaritas blancas. Lo sacó de una bata de pintor...
una madre GENIAL!!
la mamanati!! es verdad lo de las vigas...lo había olvidado
Cada vez me gusta más este espacio.
Gracias!
ay... tu mundo... qué fascinante anita...
muaaaaaaaaaa
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