14.9.10

Cuando era pequeña mi madre solía vestirme de granate.
Pero el cielo no era granate casi nunca. Menos una vez, creo.
Y hubo otra vez que se puso multicolorsobretodolila con castillos flotantes llenos de escaleras y un niño pequeño que me decía hola desde allí.
Más tarde me dijeron que lo habría soñado, pero eso son cosas que te dicen para que crezcas, así que no me lo creí.
Mi abuela me dijo que debía ser el niño Jesus aquel que vi, pero eso me lo creí menos.
Mi madre vió una vez hombrecillos minis que le hablaban desde la baranda de su cuna cuando era una bebé.

Y ella sabe que fue verdad.
También me bordó un vestido con un caracol en el bolsillo.
Y las babas formaban mi nombre.

5 comments:

María said...

Los hombrecitos estaban en las vigas del techo.
Que madre que tenemos...a mi me hizo un vestido verde esperanza con margaritas blancas. Lo sacó de una bata de pintor...

Loretta said...

una madre GENIAL!!

anasender said...

la mamanati!! es verdad lo de las vigas...lo había olvidado

Lucas Fulgi said...

Cada vez me gusta más este espacio.
Gracias!

ANA said...

ay... tu mundo... qué fascinante anita...
muaaaaaaaaaa