17.8.16



A ratos me arrastro como un gusano que está dejando los antidepresivos.
Pero a la vez mi cabeza funciona a millones por minuto.
Millones de imágenes y sueños y cuentos y pesadillas.
Esta noche me he visto obligada a improvisar una obra de teatro.
Yo era un anciano, llamé por teléfono al cura, Don Basilio, equívocándome varias veces antes de marcar el número correcto y hablando con ovispos, papas, familiares, cabras...
-Buenas tardes, Don Basilio.
-Buenas tardes, ¿cómo se encuentra hoy?
-Cada día estoy más azul...y me están saliendo hojas.
-Bien, bien...dios le bendiga.