Erase una vez una princesa subterránea con uñas de salvaje y dientes de perro.
Parece interesante pero resulta que era muy floja muy floja. Mucho más que esa del guisante, mucho más.
Si le soplaba un hámster pillaba una pulmonía.
Y cada vez era más floja y con menos poderes, que tampoco es que antes tuviera tantos, pero oye, algo es algo.
Y si todo el día te duelen cosas no hay quien sea princesa de nada, ni de la mierda ni de la caca ni de la porquería...y un día dijo: "!Fin!" (de hecho lo cantó)
Y cogió las cosas subterráneas y las empezó a cambiar de sitio. !Estaba todo mal!
Y cantaba: "pues a ver si así mejooor..."
Y aún no se sabe si así mejor pero de momento la misión se llama "Recuperar poderes" y es la misión más importante.